"La culpa de todo esto la tiene seguramente Madrid, ese lugar que se cree el centro del universo y que es un agujero negro donde las élites y las camarillas mediáticas y políticas (el nacionalmadridismo) deciden el destino de un país irreformable y corrupto, de la Corona hacia el novio de Ayuso. La pena es que hubo una mínima oportunidad de cambio. El 15M enseñó el camino. Pero los que cogimos el relevo no estuvimos a la altura. Casi todos, todas, todes se han (nos hemos) comportado como madrileños: soberbios, pijos y caprichosos. Machistas"