El cantante ha concedido una entrevista a El Mundo, en la que ha recordado el episodio en el que se cagó en el presidente del Gobierno. Aquel mensaje le costó la cancelación de varios de sus conciertos (incluso en Ayuntamientos dirigidos por el Partido Popular) y abrió un debate sobre los límites de la libertad de expresión. Ahora, recordándolo en esta entrevista, ha asegurado que "no es un fascista", sino que simplemente está disgustado con la situación del país, y ha achacado aquel comportamiento a que se "tomó unas copitas".