Es la figura de los mil sexos, de los mil trajes y los mil disfraces, vegetal y mineral, animal sin sombra, ramera estéril, príncipe trastocado, mensajero enjuto. Los nuevos la adoran y la pierden fácil, la envían a cualquier parte y apenas la valoran, luego la buscan con desespero en la línea de fondo. Pretende los cielos, pero no es inmortal.